Una declaración de moda: luchar contra las normas de género restrictivas

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yli es mi historia

Expresar la creatividad siempre había sido una tarea difícil para mí. Aunque tenía un exceso de imaginación, no sabía cómo aplicar mi pensamiento creativo de manera productiva. Se sentía como si mi mente fuera un pájaro enjaulado, desesperado por la libertad. Sin embargo, a través de mi moda, he encontrado una de las mejores formas de expresarme.

 Aunque regularmente recibo miradas peculiares de los demás, me enorgullezco mucho de mi apariencia. Lo más importante para mí son mis joyas. Me visto con cantidades excesivas de cadenas, anillos, aretes y pulseras. Estos accesorios a menudo tienen un significado, como un anillo que me heredó y que pertenece a mi bisabuela: ella es la principal inspiración de mi moda. Además de mis joyas, encuentro placer en usar maquillaje. Aunque no tengo mucho talento para eso, aplicar algo tan simple como rubor o delineador de ojos aumenta significativamente la confianza que tengo en mi apariencia.

Dado que no encajo en el estándar social sobre cómo deben aparecer las personas, con frecuencia experimento reacciones violentas. Regularmente escucho comentarios hirientes dirigidos hacia mí. Ingresar a espacios públicos se convirtió en una fuente de ansiedad, ya que me han arrojado objetos simplemente por usar un vestido. 

A menudo suprimimos la individualidad en nuestra comunidad, ya sea declarando quién puede o no usar maquillaje o nuestros roles de género restrictivos. Las personas se encuentran atrapadas dentro de un cierto conjunto de reglas solo para apaciguar las normas sociales. Esto hace que las personas se sientan mucho menos seguras de sí mismas y de sus cuerpos.

Mi bisabuela se comprometió a luchar contra esto. A pesar de vivir en la década de 1930, se opuso a los estándares de la sociedad vistiendo públicamente un traje blanco y negro, cuidadosamente decorado con una corbata de lazo púrpura. Aunque falleció, deja un fuerte legado, un legado que nos dice que nuestras diferencias deben ser apreciadas, no odiadas. Todos los días me esfuerzo por continuar el trabajo de vida de mi antepasado de combatir la misoginia en nuestra sociedad. Ya sea vistiendo ropa femenina o maquillándose, me aseguraré de que la valentía y el coraje que demostró no sean en vano. A través de mi moda, he encontrado una manera impactante de expresar mi creatividad mientras les muestro a los demás que la individualidad es valiosa.